Transformación de las sabanas de la Orinoquia amenaza la conectividad ecológica
- Ecolmod UNAL
- 27 may 2024
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Actualizado: 11 feb
La acelerada degradación de las sabanas nativas de la Orinoquia colombiana, impulsada principalmente por el aumento en la frecuencia y extensión de los incendios forestales y su transformación debido al incremento de las áreas con desarrollos agroindustriales, incrementa la pérdida de la conectividad funcional de los ecosistemas de la sabana. Investigadores de ECOLMOD modelaron la dispersión del tapir de tierras bajas, el venado de cola blanca y pecarí de labio blanco en los ecosistemas de sabana de altillanura del departamento del Vichada destacando la importancia de los bosques ribereños y morichales para los procesos ecológicos de estas especies de ungulados, ubicados en diferentes categorías de amenazas según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y la Resolución 0126 “Por la cual se establece el listado de las especies silvestres amenazadas de la diversidad biológica colombiana” emitida por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.

La región de la Orinoquia alberga el 50% de las especies de ungulados silvestres reportadas en Colombia. Sin embargo, en las últimas décadas, estas especies y sus hábitats esenciales han sido amenazados por intensas transformaciones humanas de las coberturas vegetales naturales, especialmente en los ecosistemas de sabana nativa de altillanura y los bosques riparios. Esta situación provoca la pérdida de conectividad funcional del paisaje de la sabana nativa, impactando la capacidad de dispersión de estos mamíferos amenazados y afectando los servicios ecosistémicos que proporcionan, como la dispersión de semillas y frutos que favorecen entre otros la regeneración del bosque ribereño.
En este contexto, investigadores del Grupo de Investigación y Docencia en Ecología del Paisaje y Modelación de Ecosistemas (ECOLMOD) realizaron un análisis de conectividad para las sabanas de la altillanura del departamento del Vichada. Emplearon información ecológica y modelaron la dispersión potencial de tres especies de ungulados para el desarrollo de la investigación “Los incendios forestales generados en un 95 % por el accionar humano en la Orinoquia, afectan directamente las coberturas naturales con relevancia ecológica, como los morichales y bosques ribereños, afectando sus procesos ecológicos como la generación superficial de agua, la fijación de carbono atmosférico y la oferta de alimento para especies como los tapires, venados y pecarís. Todo ello genera la fragmentación de estas áreas de cobertura, eso lo llamamos desconexión, y tienen grandes afectaciones sobre el movimiento en el corto plazo y el flujo genético en el largo plazo de estos mamíferos.” explica Federico Mosquera biólogo e investigador de ECOLMOD.
“Los resultados de esta investigación nos envía un mensaje muy claro y contundente: la adaptación y mitigación de los efectos al cambio global de estos ecosistemas considerados extremadamente esenciales para el país por la provisión de servicios ecosistémicos depende de la conservación de las poblaciones de estas especies. También es necesario la implementación de estrategias para el manejo del fuego para reducir su influencia sobre áreas claves para mantener la conectividad a escala regional en los ecosistemas de sabana de altillanura”.
Mosquera destaca la conexión que existe entre la Orinoquia y los Andes “Cuando ocurren los extensos incendios forestales en departamentos como el Vichada, inmediatamente se enciende las alarmas de la calidad del aire en ciudades densamente pobladas de la región Andina como Bogotá, Medellín o Bucaramanga. Pero también hay una relación muy fuerte con ciclo hidrológico”.
El mejor ejemplo es la actual crisis del agua de la capital del país debido a los bajos niveles de los embalses del sistema Chingaza, ubicados en los Andes orientales de la Orinoquia. En ese sentido, la vegetación de las sabanas de la Orinoquia contribuye a procesos del ciclo hídrico como la evapotranspiración, que luego son transportados por los vientos y se precipitan sobre los embalses que proveen del vital recurso a los habitantes de la capital y municipios aledaños. Sin embargo, el frágil ciclo hídrico requiere de especies de la biodiversidad que generen procesos ecológicos como dispersión y regulación y a su vez la biodiversidad requiere de paisajes bien conectados a diferentes escalas.
Las sabanas no son solo pastizales
El grupo de investigación ECOLMOD resalta que las sabanas no son sólo pastizales. En ellas se encuentran bosques ribereños asociados a los caños y a ríos de las sabanas, como los emblemático ríos Bita, Tomo, Tuparro, Tuparrito y Vichada. Colombia, es un país rico en sabanas, pues tiene el 7% de todas las sabanas nativas que hay en Suramérica. “Entre esas se destaca los tres tipos de sabanas de la cuenca del Orinoco, como las sabanas inundables, presentes en el departamento del Casanare, las sabanas de la altillanura ubicadas en los departamentos de Meta y Vichada y las sabanas de piedemonte sobre los departamentos de los Andes orientales como el departamento de Arauca” expresa Federico Mosquera.

Las crecientes amenazas sobre los paisajes de sabanas, intensificadas por los efectos del cambio climático global, nos invitan a actuar para la conservación de los ecosistemas de sabana, biodiversidad asociada y servicios ecosistémicos que prestan a escala regional. Desde el proyecto Biofuegos, se construyen lineamientos participativos para implementar acciones de manejo del fuego que involucran a la comunidad, actores gubernamentales y sector privado del departamento de Vichada. Este proyecto es financiado por el SGR (BPIN 2020000100456) y es posible gracias a los aliados: Gobernación del Vichada y Forest First Colombia











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